"El nacionalismo/independentismo ha echado raíces en Cataluña. La defensa de España no las ha echado en el estado. Se da por supuesto que los españoles se opondrían a un referéndum de autodeterminación en Cataluña, pero eso está por demostrar fehacientemente, ya que nadie ha contado a los votantes ni está dispuesto a que se haga algo tan lógico.
Sin embargo, podríamos llevarnos una sorpresa si se hace algo que yo mismo propuse hace años: primero un referéndum en toda España con una pregunta sobre si los catalanes podían ejercer su derecho de autodeterminación mediante un referéndum y tres posibles respuestas: «sí», «no», «que hagan lo que estimen oportuno». Siempre he sostenido que triunfaría la tercera opción, pero es imposible saberlo mientras persista esta cerrada actitud de bloqueo para que no haya forma de averiguar qué piensa la gente en Cataluña. En caso de victoria de las dos opciones de «sí» y «que hagan lo que estimen pertinente», cabría un referéndum unilateral en Cataluña, posibilidad que, digan lo que digan los nacionalistas españoles, ha estado siempre abierta, necesitando para ello no otra cosa que la buena voluntad de las partes, especialmente el Gobierno central.
(...) Parece claro que los políticos han prescindido aquí de su función de liderazgo. Pero, del otro lado del tablero, no encontramos en el estado español una clara multitud inteligente que sea capaz de marcarles un camino, mostrarles una decisión en busca de un objetivo de interés general. Ninguna tendencia o fuerza política en España tiene iniciativa alguna ni muestra un futuro cualitativamente distinto de la perpetuación de un presente hecho de alienación, resignación, corrupción y abatimiento.
Únicamente en Cataluña, allí en donde la oposición a un régimen caduco e incompetente se ha territorializado y ha sido capaz de articular un programa positivo, constructivo de construcción nacional, se ha dado este impulso. La conjunción entre un anhelo de liberación sostenido por una gran movilización nacional, con la acción vertebradora de las instancias de la sociedad civil y la orientación de las autoridades que, siendo impulsadas por las multitudes inteligentes, también las dirigen, han marcado un objetivo al que orientar la acción. La república catalana que está por nacer".